Seguro que conocéis la típica paradoja del huevo y la gallina. Muchos filósofos, desde la antigüedad griega hasta nuestros tiempos (ejemplos son Aristóteles, Plutarco o incluso Stephen Hawking), se han planteado esta pregunta, con respuestas variadas.
Hoy os intentaré explicar detalladamente mi humilde postura sobre este dilema. Y ahí va:
Suponiendo que todos los conocimientos que hemos obtenido a partir de la paleontología son ciertos, sabemos que, ya durante el Triásico (hace 250 millones de años, mucho antes de que aparecieran las gallinas tal como las conocemos ahora) existieron, por ejemplo, dinosaurios, animales ovíparos.
Por lo tanto, considerando la anterior proposición, podríamos afirmar que el huevo fue antes que la gallina. Por otra parte, y este segundo dilema viene de una modificación del enunciado, podríamos preguntarnos: ¿Qué fue primero: el huevo de gallina o la gallina?
En este caso, la respuesta también sería sencilla, y para solucionarla tendríamos que profundizar en el significado de una de las palabras de esta pregunta: de. Tal como aclara la RAE (tercera acepción), de indica procedencia. De esta manera, el primer huevo de gallina se referiría al primer huevo puesto por el primer animal considerado gallina. Y eso quiere decir que, en este enunciado, la respuesta sería la gallina.
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